Soon this place will be too small...

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Chiloé - Camino a Detico

sábado, 22 de octubre de 2011

The Chilean Man


Como buen inmigrante que soy - porque de la visa más que Working Holiday ha sido la Working Surviving -  me he estado moviendo por los suburbios de Auckland (que la verdad no tienen comparación con los barrios pobres que conocemos), en donde mi caminar me llevó a una mítica academia de Box, The Shamrock  Boxing Club, metida en medio de unas fábricas subiendo unas escaleras. Cuando la vi, tuve que entrar y con cierto miedo abrí la puerta...



... Lo primero que escucho fue un fuerte vozarrón con un marcado acento:
- "are you coming to fight ya!?" era Ron, un viejo boxeador irlandés radicado en Nueva Zelandia.
- Con cierta timidez respondo, sure!

En pocos segundos ya estaba vendado y figuraba trotando por las calles con los seres más raros y feos del planeta: un indio panzón, un tailandés cara de malo, un kiwi pinta de nazi y el Tongano.

A pesar que estaba un poco fuera de forma, no me tomó mucho tiempo para adaptarme al entrenamiento. Empecé a soltar golpes y moverme por el ring, estos mutantes con forma de barriles, diseñados para ir al choque no estaban acostumbrados al estereoptipo sudmaricano. Así fue que con picardía y soltura, les fui pintando la cara una a uno....me llamaron The Chilean Man.



Iba todo bien, hasta que al frente me pusieron al Tongano. Nunca supe como se llamaba, porque el tipo  no habla. Eso ya me hacía pensar que la cosa no iba a terminar bien. Pienso que yo lo llegaba hasta el hombro y cada una de sus piernas deben haber pesado lo que yo peso. Yo lo único que quería bajar del ring, pero Ron quien me tomó mucha estima me alentaba y me daba consejos para enfrentar a la mole. 

Saqué todo el flaite street fighter made in Chile que tengo, poco me faltó para escupirle y chorearle la billetera. Para mí se trataba de matar o morir, para el isleño yo debo haber sido un simple zancudo. Y ahí estábamos: Yo fintiaba, esquivaba, solté jabs cross y otros cornetes que inventé en ese momento; si no hubiese tenido los guantes hasta rasguños le hubiese tirado. Después de recibir unos buenos ganchos en el estómago, que me dejaron los ojo como huevos fritos sonó la campana. No sé en que round íbamos ni menos cuánto tiempo había pasado, estaba listo para la foto, ya no podía más de cansancio y mi cuerpo estaba torpe y no respondía bien. Fue ahí, entre esos enredo de piernas y moviminetos torpes que le paso a pisar el pie o más bien la lancha del Tongo y plumm le tiro un combo seco al pecho. Éste perdió el equilibrio y se fue contra las cuerdas. Nadie notó que pisé su pie, todo creyeron que mi puño fue letal. El Tongano se acerca, y escuché sus únicas palabras: Congratulation Chilean Man.




3 comentarios:

  1. Grande caluga, ese es nuestro flaite que casi hechan de la piojera, mostrando la garra y picardia del roto chileno

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  2. excelente!!
    sigue entrenando te hará super bien. despejarás mente y espiritu.
    ni lo creerás pero en dic. peleo! no se como me metí en este lio pero ya no puedo salir...
    un abrazo

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  3. Buena historia kalugón, no cuentas que paso en el camarín?

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