
Yo llegué a una pequeña hostal, The
Wave Haven (http://www.thewavehaven.co.nz/),
cuyo letrero escondido entre los matorrales a orilla de la carretera, hubiese sido imposible de ver si es que no me
hubiera detenido azarosamente en el lugar para descargar exceso de líquidos corporales.
Este lugar resultó ser un refugio
de surfistas. El problema es que yo no encontraba nada más latero que uno de
estos hablando de las olas y conexión espiritual. Eso podía llegar a ser más
fome que incluso una conversación de estudiantes de arquitectura. Sin embargo,
dado que había manejado unas buenas horas y no
tenía idea hacia donde iba, decidí hospedarme ahí.
La gente que se estaba quedando
en el lugar resultó ser diferente al típico surfista engrupido, estos tipos
eran de verdad. Personas que habían dedicado su vida al deporte y que en sus
momentos de gloria estuvieron en los rankings de surfistas Pro. Me llevé muy
bien con ellos, y fue así como me invitaron a una tocata con música en vivo que
se estaba llevando a cabo en New Plymouth,
a unos 20 km de nuestro refugio. Pa allá fuimos…
A estas alturas estábamos a
vísperas de año nuevo, y yo lo único que
quería era mandarme un buen carrete. Difiiiiicil en Nueva Zelanda. La música local
me tenía podrido, estos gringos de la isla Norte les encantaba la música
embasada tipo comercial popera, pero afortunadamente esta iba a sr una tocata
era el gran evento para despedir el año. Curiosamente esto se lleva a cabo el
30 de diciembre durante el día. El año nuevo, prácticamente no se celebra. Al
menos no como nosotros lo entendemos. Es
que estos anglosajones serán muy inteligentes y programados, pero para lo que es festejar algo, no cachan ná!
Llega a ser conmovedor como a eso de las 1:00 am ya están dados vuelta y se
están volviendo a casa después de haberse azotado las cabezas con sus amigos y
correr a poto pelado.

Siete de la tarde, llegamos al parque y desde lejos escucho la música. Era justo lo que necesitaban mis sentidos, el sonido de los tambores aceleraba mi ritmo cardíaco y yo apuraba el paso para llegar al epicentro. No identificaba la letra de las canciones, pero me era muy familiar. Estaban cantando en portugués. Llegué al escenario hipnotizado por el ritmo, había mucha gente alrededor, entre 500 a 700 (harto para Nueva Zelandia) disfrutando de la batucada. La banda cambiaba constantemente sus letras, e incluso cantaban en español. Yo seguía el ritmo y coreaba las letras al borde del escenario, estaba disfrutando plenamente.
En eso, desde el otro lado del
escenario veo que se viene abriendo paso una kiwi sabrosona en dirección a mí.
-
I can see that you want to dance,
would you do it with me? Dice (¿veo que quieres bailar, lo harías conmigo?).
-
Of course
señorita! Contesté.
Jamás le dejaría estirada la mano
a una señorita, así es que la tomé con propiedad, cual macho alfa para proceder
a bailoteo.

…cómo le explico a 700 gringos ya bebidos que los chilenos no bailamos,
que no somos caribeños secos pal meneíto,
salsa y esas cuestiones, que con cuea bailamos un reggaeton.
Pero ya era demasiado tarde, la hembra estaba en frente, la banda en vivo y la mejor
audiencia que quería ver bailar a este latino de ojos cafés. Tenía que
apechugar nomás, y lo iba a ser con estilo.
Escupitajo a la mano pa´ su mejor
lengüetazo de vaca, así como para inspirarme. Agarro a la hembra, le doy un par
de vueltas y de paso un rayón de pintura, total era un latino así es que estaba
permitido, su picaita de cebolla, miradas vienen miradas van, otras tres vueltas más para marearla y hacer
creer al resto de los giles que sabía lo que hacía y como cierre final, un
FaTaLiTy! patentado por mi buen amigo Viera.
Yo había visto este peligroso acto ejecutado
por el maestro Viera en más de una noche Santiaguina, porteña y otros lugares
oscuros..en donde fui testigo de finales felices así como cuasidelitos producto
de fallas técnicas en su ejecución.
Es que este temerario acto, debe
ser ejecutado en el momento perfecto y con la persona adecuada, dada su alta
probabilidad de fallar. Primero que todo, es necesario haber mareado a la
hembra con estas típicas vueltas sin sentido, cosa que ella pierda el sentido
de orientación. Logrado este estado, el macho procede a aplicar un movimiento
sacado de un manual de Judo, que consiste en desequilibrar a la víctima
mediante una perfecta y sorpresiva sancadilla por las espaldas, lo que la hace caer
en picada unos cincuenta centímetros desde su punto más
alto hasta su actual centro de masa, para caer en los fuertes brazos de su
victimario. Si ella sobrevive a la caída, ya que su cabeza experimenta una
acelaración de 3G arriesgando su vida
dada la alta probabilidad de impactar su nuca con objetos contundentes circundantes, entiéndase esto
como: mesas, sillas u otros inocentes civiles de paso; es posible ver la
dilatación de sus pupilas producto del pánico del brusco movimiento, causando
la confusión perfecta para convertir a su victimario en su héroe. Este efecto
dura una pendiejésima de segundo, en donde el ejecutor de esta fechoría puede tomar
ventaja y cerrar la canción con un flamante beso.
Cabe destacar que este acto debe
ejecutarse en perfecto estado de sobriedad, dado que el receptor debe tener el equilibrio y la fuerza
necesaria para sostener a la víctima que viene cayendo en picada. Muchas veces
vi a mi pobre amigo Viera aterrizar con hembra y todo en plena pista de baile,
tal vez por la ingesta de alcohol o producto
de la masa corporal de sus víctimas, cuyo momentum se hace incontenible
para un ser humano de unos posibles 70
kg.
Yo me la jugué, y con una
ejecución perfecta (no, no me la comí) cerré la canción. La pobre mina no sabía
“con la chichita que se estaba curando”, salió más maltrecha, mareada y
despeinada que la Gloria Trevi en una montaña rusa. Menos supo que fue lo que
bailamos, mis pasos improvisados estilo perro con distemper no tenían sentido
alguno para una estructurada profesora de salsa, porque estos kiwis no los
sacas de su molde, incluso en el baile
se apegan a las reglas.
No sé cuanto habrá durado la
tortura del baile, pero los presentes nos ovacionaron, y al parecer a la banda
le gustó …
GRANDE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Puta que me reí, a carcajadas aqui en la casa. Qué gran descripción del fatality! Sin ir más lejos, el viernes pasado me pegué uno fallido!!!! Efectivamente gracias a una desproporcionada ingesta de alcohol. Por suerte en la pista del subte no hay objetos que puedan producirle un tec a la señorita.
ResponderEliminarMuchas felicitaciones por su intento exitoso, es una maniobra que te traerá grandes dividendos o una chiquilla aturdida. No hay como perder!!!