
Desde chico, crecí viendo los programas de Jacques Costeau, que pasaban por la televisón abierta. Este señor, quien embarcado en el Calypso, navegó por los 7 mares, explorando las profundidades del mar. Oceanógrafo de profesión, ex marino de las fuerzas francesas, conservacionista, científico, fotógrafo e innovador (desarrollo de lo que actualmente se conoce como aqua lung http://en.wikipedia.org/wiki/Aqua-Lung, o buceo con estanques de oxígeno), fue uno de los pioneros en advertir y detectar los efectos de la contaminación y la sobreexplotación de los recursos marinos.
Este último tema es tremendamente preocupante, dada la exagerada alza en la explotación de estos recursos. En un impresionante documental, llamado Home, se plantea que desde el año 1950 hasta la fecha la pesca industrializada se ha incrementado en aproximadamente 5 veces. Esto quiere decir que de los 18 millones de toneladas métricas capturas al año, al día se hoy se alcanzan niveles cercanos al los 100 millones. Esta aceleración, rompe los ciclos de reproducción de las especies, lo que amenaza la existencia de éstas. Pero, como todo nuestro ecosistema está vinculado, esto también amenaza a otras especies, tales como lobos marinos, quienes no pueden competir contra la pesca industrializada, a las aves las cuales deben migrar más lejos en búsqueda de recursos y a nosotros mismos, los seres humanos: como en el caso de los pobladores de Dakar, donde los botes abandonados son una claro ejemplo de cómo esta actividad afecta a comunidades locales, quienes dependen de estos recursos.
Después de mis clases teóricas y ejercicios en la piscina, yo ya me creía todo un Jacques Costeau, y estaba listo para para adentrarme a las profundidades del mar, en lo que sería la versión de el Calypso, pero un poco más carreteado. Aunque para mi sorpresa, este barco de un tamaño respetable y una tripulación numerosa, era bastante generoso en su cocina. Arroz a destajo y muchas Coca Colas, todo esto gratis.
Hay que decir, que no importa el lugar del mundo dónde se esté, ni por muy artificial que ésta sea, una Coca Cola se disfruta. Algo debe tener, ya que va contra todo instinto de supervivencia, ingerir un líquido negro y burbujeante. Sin embargo eso parece no importarnos.
Fotografía: Chaloklum Village, Isla Koh Phangan, Thailandia
Mayo 2012
Hay que decir, que no importa el lugar del mundo dónde se esté, ni por muy artificial que ésta sea, una Coca Cola se disfruta. Algo debe tener, ya que va contra todo instinto de supervivencia, ingerir un líquido negro y burbujeante. Sin embargo eso parece no importarnos.
Fotografía: Chaloklum Village, Isla Koh Phangan, Thailandia
Mayo 2012
Algo así como tres horas de navegación mar a dentro y Yo no desaprovechaba el tiempo. Comía y de paso enguataba con bebidas, ya que el calor en cubierta era bastante fuerte.
Finalmente llegamos a nuestro destino, Sail Rock (http://www.the-diveinn.com/sail-rock-koh-phangan)
y Yo, estaba listo para entrar en acción...
Fotografía: Sail Rock, Koh Pangan, Thailandia.
Mayo 2012
Era el día de mi examen final, lo recuerdo muy bien. Tenía que realizar una serie de ejercicios que habíamos practicado en la piscina días anteriores. Uno de los que me más impresionó, fue el de sacarse la máscara bajo el agua. Ahí fue el momento cuando vívidamente sentí que estaba en medio del océano, a 6 metros de profundidad, respirando. Algo en mi cerebro no entendía qué ocurría. Una sensación bastante especial.
Pero esa sólo era el principio, para graduarme debía descender hasta los 18 metros de profundidad. Este viaje fue increíble, a cada metro aparecían nuevos seres y colores vibrantes. existía todo un mundo allá abajo. En realidad es otro planeta...
...Todo cambia, sientes como que vuelas, ya que te puedes mover en todas direcciones y en cierta manera la gravedad no existe. Hay un libertad absoluta. El sonido, a pesar de que se transmite mejor en el medio acuoso, es escaso. Sólo escuchas tu respiración, la cual a sus vez se transforma en una medida del tiempo. Tu consumo de oxígeno depende directamente de cuan relajado estés. No importa cuan estresante y peligrosa sea la situación que estés viviendo, nunca debes dejar de respirar relajadamente. Una muy buena lección para este mundo de acá arriba.
En mis estanques parecía que en vez de estar llenos de aire, sentía se lo habían llenado con drogas alucinógenas...
...No podía creer todo lo que veía.
Fotografías: Sail Rock, Koh Phangan, Thailandia.
Por Alan Duncan, Master Diver, The Dive Inn.
Nuestro descenso continuaba y Yo realizaba todo tipo de pruebas que me asignaban. No tuve mayores inconvenientes en ejecutaras, hasta que llegué a los 18 metros. A esta profundidad, pude comprobar en carne propia la Ley de Boyle-Mariotte; esta hace relación entre la presión y el volumen de los fluidos, lo cual a la profundidad en la que me encontraba, me veía sometido a una presión de 4 atmósferas (4 veces la presión del nivel del mar). El principal problema de esto, es que comprime el aire de nuestras cavidades principalmente oídos, para lo cual te entrenan incansablemente y con ejercicios muy simples, que te permiten regular la presión y evitar que te exploten los tímpanos. Lo que no te dicen ni menos te entrenan en la piscina, es a regular la presión que sientes en la vejiga.
Con casi 1 litro y medio de líquido y gases almacenados en mi humanidad producto de mi ingesta de coca colas gratis en cubierta, la presión me estaba matando. Ya ni nadar podía, me empecé como a jorobar, nadaba más doblado que bolsa de leche. Sentía que el exceso de líquidos, se abría paso por dentro de mi organismo y que mis riñones se inundaban de éste. Como le decía a mi instructor "Estoy que me meo weón!!". De alguna manera, logré con lenguaje de señas, que es muy básico, logré darle a entender que ya no podía aguantar más.
El gringo, quien era mi instructor me hace una seña que si lo tuviese que expresar en lenguaje hablado hubiese sido como:"mea aquí nomás po weón". Pero entre tanto tanques, enchufes, máscara como que no fui capaz de coordinar un fuga de fluidos. Además parecía que la presión externa parecía ser tremenda, porque aunque intenté y me retorcía de ganas, no pude liberar los excesos.
Lo malo era que todavía me faltaba una prueba por aprobar. La navegación con brújula. La habíamos dejado para el final ya que era la más simple, pero para lograr la certificación debía realizarla. Estábamos en nuestra conversación de señas, cuando derrepente noto excitación en el ambiente. Los demás buzos se veían inquietos y hacían una seña que reconocería en cualquier parte del mundo. Palma con palma, sobre la cabeza. Habían visto un tiburón en los alrededores.
Ya para mí la negociación se había acabado, era mi pasaje express al barco para:
1.- Salvar mi vida.
2.- Salvar la explosión de mi vejiga.
Para mi sorpresa, todos nadaban no en dirección opuesta al tiburón, sino que en dirección de él. Mi instructor, quien es un amante de estos peces prehistóricos no era la excepción. Él quería ir tras de él. Yo estaba seguro de algo, ni cagando lo seguía. Se trataba de un Rhincodon typus que es una especie de elasmobranquio orectolobiforme de la familia Rhincodontidae, osea un tiburón Ballena. Es el pez más grande del mundo, con aproximadamente 12 m de longitud del tipo, lo cuales son vegetarianos. Es verdad que el ataque de tiburones a seres humanos es menor de lo que se piensa, en promedio 60 ataques por año, de los cuales 1 a 3 son mortales. Estoy seguro que cuando les cuente esta historia a mis amigos va na decir que soy cobarde, que cómo me da miedo un tiburón vegetariano. Sssh!! en medio del océano hasta las focas dan susto! y con lo flaco que estaba capaz que este congrio prehistórico superdotado me confundía con plancton.
Debe ser difícil llevar el papel de chico malo del océano, sin dudas que esas tenebrosas mandíbulas y ni hablar su característica aleta, hacen temblar a cualquiera. Sin embargo, esa fama no es suficiente para protegerlos de la caza indiscriminada y de no ser presa de las redes de barcos de pesca industrial. Cada uno de los seres vivos tiene un rol en nuestro ecosistema. Estos seres, debido a su lento desarrollo y baja tasa de reproducción, son depredaores tope. Esto quiere decir que tienen pocos o nulos depredares naturales y por ende son los encargados de mantener el balance de la población de sus presas.
Con una tremenda alegría me he podido ir constatando de la toma de consciencia sobre la importancia de estos temido animales, a la cual Chile no está ajeno. Esto a través de un plan de acción nacional que busca proteger estas especies. (más info: http://www.tiburoneschile.cl/?page_id=119).
Para mí, las razones eran más que suficientes para apretar cuea, así es que arragué la famosa brújulua, y partí de vuelta al bote. Dado que no quería ni podía perder el rumbo, no dejé de ver las agujas por ningún momento. Mi vista absolutamente pendiente a cualquier varición de las agujas, me impedía ver mi entorno. Ya me había alejado de mi instructor quien había seguido la huellla del tiburón junto con los otros buzos, y yo nadaba por salvar mi vejiga. En una confianza absoluta en mi brújula y sin desviarme en lo absoluto llegué al barco.
Se sentía un ambiente especial a bordo, muchas caras felices como con gans de felicitarme. Yo no ponía atención, intentaba sacarme lo más rápido posible los cinturones, tanques y enchufes que eran parte de mi equipo. Lo único que quería era llegar al baño. Cuando finalmente lo logré, fue un alivio tremendo. Pienso que estuve alrededor de 10 minutos en el reconfortante acto de orinar. La corta más larga de todos los tiempos. Podía sentir como el líquido fluía prácticamente desde mi espalda hasta que se perdía con violencia en las cañerías del barco.
Salpi y era hombre nuevo, además todos me sonreían. Pensé que se debía a mi gran manejo de la brújula. Pues no!
Había algo más que causaba esas caras de admiración. Sobre todo de una apuesta bióloga.
Congratulations, you were the only one who could spot the shark!
- Quéee! si yo no vi ninguna cuestión, pensé para mí.
- How did you do it? pregunta la bióloga.
- mmm, I just followed my instict, it wa slike a Biological calling, respondí
Al parecer el bicho prehistórico burló a todos los maestros del océano y cambió su trayectoria radicalmente y apareció cerca de los barcos. Lugar donde yo me dirigía ciegamente siguiendo mi brújula. Nunca me entré que pasé cerca de la mole. Desde cubierta lo divisaron perfectamente y asumieron que yo buscaba nadar junto a él.
Al final, festejamos con unas Coca Colas bien heladas y con mi secreto muy bien guardado. Aprendí más biología que lo que aprendí en muchos años de colegio...
Debe ser difícil llevar el papel de chico malo del océano, sin dudas que esas tenebrosas mandíbulas y ni hablar su característica aleta, hacen temblar a cualquiera. Sin embargo, esa fama no es suficiente para protegerlos de la caza indiscriminada y de no ser presa de las redes de barcos de pesca industrial. Cada uno de los seres vivos tiene un rol en nuestro ecosistema. Estos seres, debido a su lento desarrollo y baja tasa de reproducción, son depredaores tope. Esto quiere decir que tienen pocos o nulos depredares naturales y por ende son los encargados de mantener el balance de la población de sus presas.
Con una tremenda alegría me he podido ir constatando de la toma de consciencia sobre la importancia de estos temido animales, a la cual Chile no está ajeno. Esto a través de un plan de acción nacional que busca proteger estas especies. (más info: http://www.tiburoneschile.cl/?page_id=119).
Para mí, las razones eran más que suficientes para apretar cuea, así es que arragué la famosa brújulua, y partí de vuelta al bote. Dado que no quería ni podía perder el rumbo, no dejé de ver las agujas por ningún momento. Mi vista absolutamente pendiente a cualquier varición de las agujas, me impedía ver mi entorno. Ya me había alejado de mi instructor quien había seguido la huellla del tiburón junto con los otros buzos, y yo nadaba por salvar mi vejiga. En una confianza absoluta en mi brújula y sin desviarme en lo absoluto llegué al barco.
Se sentía un ambiente especial a bordo, muchas caras felices como con gans de felicitarme. Yo no ponía atención, intentaba sacarme lo más rápido posible los cinturones, tanques y enchufes que eran parte de mi equipo. Lo único que quería era llegar al baño. Cuando finalmente lo logré, fue un alivio tremendo. Pienso que estuve alrededor de 10 minutos en el reconfortante acto de orinar. La corta más larga de todos los tiempos. Podía sentir como el líquido fluía prácticamente desde mi espalda hasta que se perdía con violencia en las cañerías del barco.
Salpi y era hombre nuevo, además todos me sonreían. Pensé que se debía a mi gran manejo de la brújula. Pues no!
Había algo más que causaba esas caras de admiración. Sobre todo de una apuesta bióloga.
Congratulations, you were the only one who could spot the shark!
- Quéee! si yo no vi ninguna cuestión, pensé para mí.
- How did you do it? pregunta la bióloga.
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Al parecer el bicho prehistórico burló a todos los maestros del océano y cambió su trayectoria radicalmente y apareció cerca de los barcos. Lugar donde yo me dirigía ciegamente siguiendo mi brújula. Nunca me entré que pasé cerca de la mole. Desde cubierta lo divisaron perfectamente y asumieron que yo buscaba nadar junto a él.
Al final, festejamos con unas Coca Colas bien heladas y con mi secreto muy bien guardado. Aprendí más biología que lo que aprendí en muchos años de colegio...
5.- http://www.tiburonpedia.com/
6.- http://www.tiburoneschile.cl/
Extracto de mis impresiones en Trip Advisor
http://www.tripadvisor.com.ar/ShowUserReviews-g303907-d2012287-r130195274-The_Dive_Inn-Koh_Phangan_Surat_Thani_Province.html#mtreview_130195274
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