Mi lucha por seguir escribiendo no me ha dado tregua. A la fecha, he tenido que enfrentarme a todo tipo batallas, desde cansancio extremo por largas hora de laburo, desconcentración y falta de ideas, hasta problemas técnico-tecnológicos, ya que como si no hubiese bastado con que haya perdido el computador viajando, el disco duro donde he ido respaldando y editando la información me ha gastado una broma cibernética y sus bits han dejado de funcionar. Pero esto no se acaba ahí, pareciera que los problemas son entidades más astutas de lo que pensaba, porque han desarrollado la capacidad de asociarse, con el fin de atacarme por diversos flancos, tanto físicos como mentales. Debo confesar que en estos momentos escribo en un estado de alerta, ya que en cualquier momento se puedo ser atacado nuevamente...
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Ñuñoa, Santiago de Chile Febrero 2013 |
Es dificil describir a mi hermano y más complejo aún su lógica, tal vez si tuviera que cuantificar su nivel de complejidad, se podría medir de acuerdo a la cantidad de calmantes y pastillas anti stress que figuran en los veladores de mis padres, o en la magnitud de sus sonrisas cuando mi hermano encontró trabajo acá en Santiago y les contó que ya no viviría mas allá con ellos. O tal vez sólo bastaría qe lo vieran con su pijama de trotugas ninjas... Como olvidar los primeros días viviendo juntos fuera de casa, debió haber sido la primera semana cuando la taza del baño se tapó... con el fin de evitar ser atacados por heces flotantes, le puse un papel sobre la taza, No usar!. Pero sabía que dentro de la lógica Nicolasiana esto podía traer problemas, mi sexto sentido me lo decía, así es que le escribí No usar la taza del baño... cerré los ojos y me entregué al destino, sin saber qué esperar. Horas más tarde, desde el living sostenía una conversación con mi hermano quien yo asumía que estaba en su pieza. Para no estar a grito peleao, fui a su pieza...bueno él estaba en el baño dañado, con la puerta semi abierta, parado enfrente del lava manos. Entré con confianza, para seguir la conversa y bueno...cuando descubrí la escena, exploté en ira. Mi paso por los monasterios budistas se fue a las pailas, cuando vi a mi hermano que figuraba orinando en el lavamanos, ya que el papel que le deje decia no usar la taza del baño. Lo samarrié en un acto desesperado para que dicha acción se detuviera, sin embargo el efecto fue contrario. Ya no había pichí solo en el lavamanos, sino que también en el suelo y las paredes producto del forsejeo.
Para despejarme, decido salir de Santiago por el fin de semana, nada mejor que arrancarse al sur y dejar que el viento te purifique y recargar pilas. Así volvía un buen domingo por la noche a la capital. Lo primero que veo es que el portón del edifcio está a medio armar y el conserje con las pupilas dilatadas se me acerca a conversar. "Don Gonzalo, su hermano anoche vino con unos amigos y rompió el portón" eran las palabras de bienvenida para mí. Resulta que mientras yo estaba en el baño - agrega, cosa que es mentira porque debe haber estado raja durmiendo - su hermano llegó a altas horas de la madrugada y dado que no había nadie en la puerta y como no tenía llaves, escaló la muralla, me comentaba con voz angustiada. El tema no era que haya escalado y pasado por arriba, el problema fue que escaló por la pared donde están todos los timbres del condominio por lo que despertó a la vieja 84, 29 y 52 a las 4 am de la madrugada y quizás a cuantas otras almas inocentes más, quienes unían fuerzas por las ventanas manifestando su descontento. Cuando mi hermano pasó la reja, ignorando el escándalo que había tras su acción, abrió manualmente (o a tirones) el viejo y mal mantenido portón eláctrico, rodándole todos los engranajes, para darle paso a sus flamantes amigos al estacionamiento de visitas.
Pero Nicolás es un buen tipo, de noble corazón y una creatividad privilegiada y tal vez incomprendida. En su cruzada por transformar el departamento de Santiago en el pulmón verde de Santiago, se ha empeñado en transformarlo en una granja y el primer paso ha sido llenarlo de plantas. Con el fin de maximizar la tasa de captación de luz solar de estas, ha poblado todas las superficies planas con maseteros, tierra y sustancias extrañas que entran en conflicto con los requerimientos de mi computador portátil, el cual necesita un escritorio o algo para apoyarlo. En síntesis y fotosíntesis, ya no tengo mesas. Si a eso le sumo que varios de esos maceteros son plantas muy cotizadas para hacer brownies o como relleno para papel de arroz, el nivel de estrés en mí lo eleva considerablemente. Estoy pensando en fumarlas a ver si ellas mismas me ayudan a tranqilizarme. Nicolás desaste de ellas. "Es que son bonitas, me gusta ver como crecen día a día" me responde. Le tuve que explicar- con palabras y uno que otros dormilones - que por mucho que sus intenciones fueran filantrópica o plantrópicas, podemos tener otro tipo de plantas. Aceptó. Incluso ahora hay un macetero en el balcón de nuestro flamante piso 11."¿ Nico, qué son esos brotes de ese macetero que cuelga al vacío de nuestro balcón?" le pregunto por curiosidad. "Sandías" responde. Mi preinfarto no se dejó esperar, pude ver los titulares por todo el mundo: "Sandía voladora mata a 7 personas desde el piso 11 de un edificio de la gran ciudad".
De todas maneras, ha sido muy satisfactorio tener a mi hermano acá y hacer el rol de hermano mayor como corresponde, a pesar de que esté transformando mi santuario de la escritura en una jungla.
Y dado que no hay jungla sin fauna, un departamento de unos 60 metros cuadrados no es la excepción. Tenemos a un ser humano que habita en el sillón del living hace ya unos 4 meses y un gato. Por volumen y complejidad el humano supera con creces al pequeño gato de 2 meses de edad recogido por mi hermano volviendo de una noche de fiestas. Sin embargo, eso no es suficiente para hacerse notar tal como lo hace la pequeña bestia. Para un gato de esta edad, todo gira en torno a acechar e incrustar garras. Es emotivo ver como transformar su entorno en un centro de entrenamientos para comandos, donde prueba sus pequeñas pero afiladas garras. Mis dedos gordos del pie son una de sus presas favoritas y no duda con emboscarme a la salida del baño. Mis tobillos han perdido la sensibilidad en una forma de adaptación a sus continuos ataques, y el movimiento de mis párpados pareciera remontarlo a las sabanas africanas, cual tigre cazando un impala. Este gato, que a la fecha no llegamos a un acuerdo rotundo de su nombre, tiene una fijación con mi computador. Al parecer no hay nada más placentero que caminar sobre las teclas, lo cual me regala constantes mensajes como esto:
JJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJP
0 T7777777777770999999999999999999999" (escritos del gato)
No es raro verlo viendo videos que casualmente activa producto de sus paseos arriba del teclado, ni cazando mis dedos con sus pequeñas cortaplumas que ostenta de patas delanteras mientras intento tipear algo. Odia el mouse y no duda en aniquilarlo en cada uno de mis movimientos. Está corriendo sangre, poca..pero sangre.
Si algo aprendí viajando, es que por mucho que uno planifique, los imprevistos y problemas están a la orden del día, por lo que la capacidad de avanzar, buscando alternativas es fundamental para llegar a destino. El gato por ahora juega con un jeuguete que tiene yerba gatera o Nebeda, conocida planta dentro del mundo felino que les produce alucinaciones.Sí drogo al gato, eso me da tiempo para poder escribir lo que fue el camino hacia Mongolia.
Cultural Shock - China
Para llegar a Mongolia desde el sur tenía que pasar por la milenaria China. Era un gran honor explorar una de las culturas más importantes de todos los tiempos, llena de misterios y tradiciones incomprendidas, aunque lo que más me entusiasmaba era comer wantanes, arrollados de primavera y pollo chitén.
Beijing, China Julio 2012 |
El arribo fue directamente a Beijing o Pekín, en donde mis primeras impresiones fueron bastante discretas. Yo cuando estaba en Chile imaginaba que el choque cultural sería como un golpe inmediato, pero fue muy distinto a como lo pensaba. Cansado de las horas de viajes y después de 1 hora de poder entender cómo llegar a la plaza principal Tiananmen Square, decidí tomarme un break para retomar energías antes de conseguir una hostal para pasar la noche. Dado que no había apuros, qué mejor que sentarse en la plaza bajo un árbol a la salida del metro y mandarse un pestañazo para reponerse antes de adentrarse nuevamente entre tanto chinito.
Tiananmen Square, Beijing Julio 2012 |
En mi estado somnoliento, percibía que algo andaba raro, ya que los chinitos no despegaban su mirada de mí y otros sacaban sus cámaras para enfocarme. Recuerdo sólo una vez haber pasado por eso antes, y fue estando en Chile, cuando con el Pansho fuimos a skiar, más bien a snowbodear, y llegamos a un andarivel con arrastre. Esos artefactos están claramente diseñados para los skies, porque amarrarse las patas a una tabla y tomarse de la manilla de algo que te lleva cerro arriba, no es tan fácil como parece. Yo me acuerdo que veia por la tele a Martin Mcfly en volver al futuro arrancarse en su patineta tomado de la parte trasera de un auto y hacer chocar a Biff, Cliff y todos sus derivados en estiercol y me pasaba el rollo que igual la podía hacer. Después de mis fallidos intentos en el arrastre caché que holywood nos miente. Mientras Yo sacaba mis conclusiones en ese entonces el Pansho se jactaba de su habilidad de llegar más arriba, así es que en mi desesperación, me aferré con todo al arminículo y máximamente concentrado me propuse llegar arriba, había pasado pocos metros de mi mejor marca cuando volví a caer, pero en esa ocasión no iba a desperdiciar el avance y no solté la manilla. El andarivel siguió avanzando y yo también, pero arrastrando de guata. Lógico pensé, esto les debe pasar a todos, como no lo hice antes. Cuando llegué a la altura que buscaba me solté caballerosamente y me reincoporé a la pista. Al levantar la vista me di cuenta que la gente me miraba y el que venía atrás figuraba doblado de risa filmandome. Yo no entendía que había hecho mal o de especial. La misma extraña sensación marcaba mis primeros pasos en la China, donde parecían más choqueados los 6 mil millones de chinitos de mí, más que lo pude haber estado yo de ellos.
Erlian, China Julio 2012 |
La primera cosa que me sorprendió de China, o más bien de Beijing al norte, es que en ningún negocio, esquina, carrito ni lugar oscuro y tránfugo se puede encontrar un wantán. Arrollados de primavera, menos. Esto era un grave problema, ya que comer se estaba convirtiendo en un desafío de proporciones. Tal temido choque cultural, lo vine a sentir ha medida que iba descubriendo la cultura China. Pareciera que mientras más la conoces menos te acostumbras. Recuerdo en mis intentos fallidos en poder comprar algo para comer, haber entrado en un restaurant de la zona haciendo el gesto de poder ojear el menú con las manos. El chinito que atendía se quedó impávido y no conseguí ni siquiera que me mostrara la carta. Esta estrategia la fui puliendo, y ya care-raja me metía a buscar el menú, a lo que vine a atinar a hacer ya en la frontera con Mongolia ad-portas de cruzar. Para mi sorpresa, hasta tenía traducción...pero al ruso o mongol, todavía no sé que idioma sería. Pedí lo más barato y me senté a rezar para lo que fuera que me trajeran no tuviese ojos o estuviese vivo.
Por primera vez me sentí angustiado por el tema de la comunicación, al parecer esta milenaria cultura no entiendía el lenguaje corporal de occidente, menos nuestra lengua y peor aún, ellos me hablaban en chino, como si yo les fuera a entender. Todo se hacía complicado, para comprar pasajes en tren fue una lotería. recuerdo haber llegado a la estación central de trenes de Beijing, la cual era apoteósicamente grande con la misión de comprar pasajes para Hohhot, donde tramitaría la visa a Mongolia antes de cruzar. La estación constaba con almenos 100 ventanillas, las cuales estaban dispuestas perimetralmente en el primer piso, con una extensión de toda una manzana posiblemente. Cada una de ellas, atestada de gente y con filas interminables, como todas las filas en Beijng.
Fila para tomar la micro, Tiananmen Square, Beijing Julio 2012 |
¿Cuál de todas ellas me servía?...bueno disponían de letreros con los nombre de las ciudades en Chino, al menos eso creo, los cuales pasaban como anuncio en estos carteles electrónicos con letras rojas. Dentro de este mar de gente y filas extensas, había una caja que estaba desocupada, logré deivsar que decía English Spoken Here. Uff salvao! fui directamente hacia ella, mis paso a Mongolia se hacía cada vez más cerca. Llego a la ventanilla. Closed! (cerrado). estaba atrapado en Beijing, sin saber como salir. Lamentablemente la palabra Hohhot en chino no se ve asi como la escribo, mas bien luce como esto: 呼和浩特. La buena noticia, es que esta palabra la tenía escrita en una hoja de papel. Así es que ahí estaba yo, mirando las letras que pasaban ventanilla por ventanilla, más encima eran letras móviles, por lo que tenía que perseguir las letras con la mirada. Para mí todas podían ser. Mientras tanto igual hacía la fila, cuando era mi turno les mostraba el papel. Los chinitos que son muy cortos de genio, me hablaban con un tono elevado y dependiendo del tipo de grito que escuchaba, empezaba a imaginarme qué era lo que decían. Así aprendí chino.
Tren de Beijing a Hohhot - Caligrafías de personas locales. Julio 2012 |
Por alguna razón el chino se me hizo fácil, bastó una tarde entera que demoré en comprar pasajes, para darme cuenta que ya dominaba el idioma . Mantenía conversaciones de hasta 5 minutos con chinos aleatorios con los que hablaba en la calle. Era muy fácil, simplemente repetía los sonidos que escuchaba, por alguna razón estos asiáticos parecían interesarse o no darse cuenta, como que hablan solos según yo. Son tan buenos para gritonearse que ya ni se escuchan. Muchas veces parado en filas - cosa que es toda una experiencia ya que no tienen el concepto de espacio propio - me empezaban a hablar, y yo les respondía lo mismo que me decían. Nunca supe qué dije, pero lo pasaba bien y más cuando se alteraban, yo me alteraba con ellos y terminábamos gritando en chino. Así de a poco me fui haciendo amigos en el camino...
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Amigos chinitos Bar y Tren. |
En alguna esquina de Beijing Julio 2012 |
También en China, aprendí a tirar escupos, de esos que suenan. Son secos para esto, lo hacen en todos lados. En los ascensores, arriba de los buses, restaurantes y por supuesto en la calles. Un día caminando por Beijing, cruzando la calle un chinito con la guata al aire, con el estilo clásico de Beijing; se manda un gargajo con ejecución perfecta, logré captar todas sus etapas, desde el nacimiento de la larinje, acompañado de esa clásico ruido flemas en movimiento hasta su eyección. Dado que hasta las calles están siempre llenas, ese escupe fue a parar directamente a mi dedo gordo, ya que yo usaba chalas.
Después de esa babosa experiencia, decidí experimentar con el escupo. Quería descubrir cual era su límite. En qué situaciones estaba prohibido o era desubicado. Si era un privilegio reservado sólo para chinitos o los occidentales también éramos socialmente aceptados para hacerlo. Escupí en los lugares más insólitos y con todo el ruido que podía hacer. Debo decir que en ese sentido nunca fui discriminado, en mi cruzada por descubrir hasta donde se podía llegar, instaba a mujeres extranjeras a romper sus barreras y escupir conmigo. Al parecer en la cultura china esto esta muy arraigado, porque nuca conseguimos que nos miraran raro... por eso puntualmente.
Rincones de Beijing Julio 2012 |
Mientras resolvía el dilema de cómo salir de Beijing, Las calles me ponían a prueba y demandaban cada vez más de mí y me obligaban a afinar mis habilidades de orientación y comunicación, con el fin de poder seguir avanzando.Varias veces me vi perdido en calles y rincones laberintescos, que bajo un extraño sentimiento de temor había una dosis de placer y viveza, que se condimentaba con los aromas y desaromas del entorno, sus recovecos y posibles peligros ocultos. Hasta qué punto era peligroso, no lo sé, simplemente me movía con todos los sentidos abiertos, siempre con mi cámara en la mano y el olfato bien afinado.
Dicha sensación inspiraría los siguientes párrafos:
Algunos esperan que los sorprendas,pero de mí no te preocupes,que más de alguna vez te iré a buscar;a tocar el timbre y arrancar,cual niño de barrio con su pandilla para jugarIncluso bailaré contigo,pero no me pidas abrazarte.Te observaré desde muy cerca,hasta que incluso pueda escuchartey con tus suspiros deleitarme.Pero te dejaré hablando sola,cuando tu voz penetre en mis sentidos,a pesar que en cierta manera,disfruto de esos escalofríos.Reconozco cierta adicción en buscarte,entre montes, bares y ríos destellantes;y hasta con un dejo de soberbia,me gusta coquetearte.Es que mientras más cerca estoy de ti,más vivo me haces sentir.. te crees la muerte por eso...pero querida,Yo sólo quiero disfrutar de este proceso.
GDV.
Así llegué a lugares que nunca pensé que alguna vez llegaría a visitar...
The Great Wall - Muralla China - Beijing Julio 2012 |
The Great Wall - Muralla China - Beijing |
La muralla china me sobrecogió. Jamás pensé que una pandereta de piedra podría tener tal efecto en mí, pero se tornó incluso media adictiva. Una vez que la empiezas a recorrer, no se puede parar. Es solo hecho de pensar que es posible de verla desde la luna, pareciera gatillar extraños impulsos que te obligan a dar un paso más y otro y otro más. Al parecer esto es más común de lo que pensaba, y las leyendas de personas que deambulan por la muralla no se demoran en ser escuchadas. Algunos duermen ahí, otros la han recorrido en sus más 6 mil km de extensión. Un extraño magnetismo tiene dicha construcción.
Estatua de Chingis Khan, Plaza de Ulaan Bator, Mongolia Julio 2012 |
Una de las cosas que más me llamó la atención de la muralla, fue la manera en que la gente la visita y se cautiva con ella. Si me remontara a su máximo apogeo, esta pandereta de piedra de unos 8 metros de alto aprox con torres de vigilancia, fue símbolo de delimitación de fronteras, guerra y muertes. Quizás cuántos murieron en su construcción, y escenarios de cuántas batallas habrá sido. Grandes guerreros intentarían traspasarla, ninguno lo lograría, excepto el mítico Chinggis Khan que en su avance por expandir el imperio mongol, atravesaría la pandereta en la altura de Beijing. En sus tiempos, la muralla China era una señal de división y defensa, hoy en día el máximo atractivo turístico del país que atrae a millones de personas. Mientra más lo pienso, más me sorprende como la percepción y uso varía en el tiempo.
Tren camino a Hohhot, Inner Mongolia, China. Julio 2012 |
Con los pasajes de tren una vez en la mano y después de varios intentos, me fui a Hohhot, en búsqueda de la obtención de mi visa para el país vecino, pero tan lejano aún. Poco a poco me adentraba en el corazón de Asia. Sin darme cuenta y como sumergido en una especie de corriente avanzaba hacia terrenos cada vez más desolados; bueno, eso desde la ventana para afuera, porque dentro del tren íbamos más apiñados que en el TranSantiago, quizás no tanto...
Estación Baquedano, 8:15 am, Agosto 2013, Santiago de Chile |
Tren a Hohhot, Chinaw2swzazzzzzzzza (más escritos del gato) |
Como ya me había entrenado intensamente en chino mandarín callejero imitado, empezamos la disputa por la silla, afortunadamente esta vez no se demoraron aliados que espontáneamente se animaron prestarme apoyo. Los chinescos gritos empezaron, y el campión de la sillita musical no se movía. En eso los vaivenes del tren milagrosamente se alinea con mi causa, y deja caer desde la gabeta del equipaje mi ukelele, que a la fecha aún no sabía tocar (y todavía no sé), pero que como elemento contundente cumplió una función brillante porque fue a parar directamente en la cabeza del chinito testaduro, tac! Un sonido seco seguido de una especie de maullido humano. Finalmente recuperaba mi puesto.
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Cañón del Colca, Arequipa, Perú Junio 2009 |
Erlian, Inner Mongolia, China |
Erlian, Inner Mongolia, China Julio 2012 |
Jeep desde Erlian - China a Zamud Uud-Mongolia Julio 2012 |
Notas de Viaje